miércoles, 23 de noviembre de 2011

Y ahora con ustedes... la ventirilla!

Se acabaron las amargas discusiones. Que si se dice sombrilla, que si se dice paraguas. Que si depende del clima, que si depende del lugar. Señoras y señores ¡he aquí la ventirilla!

A la vez sombrilla -paraguas-ventilador, este particular adminículo es la solución a ciudades de clima cambiante como Bogotá en Colombia, donde el sol ataca sin compasión en las mañanas y los nubarrones predilúvicos hacen suspirar a media población pensando en sus camas secas y calenticas.

Con esta maravillosa solución tendrá su aire acondicionado personal y tal vez, con un par de adaptaciones, pueda llegar a hacer realidad las hazañas voladoras del Inspector Gadget (Truquini), el Pingüino o la espectacular Mary Poppins.

Sienta el poder de su maravillosa cubierta anti-UV, cuyo color no le permitirá perderse en medio de un concierto en ningún estadio o plaza de eventos y además disfrute del poderoso ventilador que proporcionará aire frío a su frondosa calvicie o le evitará tomar deciones en caliente.

No se preocupe, obvio que la cubierta no se romperá al cerrar la ventirilla, ya que sus aspas se pliegan al cerrarla.

Atención: no dejar las aspas sueltas al prestarle la ventirilla a su suegra, no usar para cortar cabello ni rasurar bigote o partes delicadas, no apta para vengarse de esposos infieles. Use bajo supervisión si sufre de depresión o constantemente se pregunta que podría pasarle a sus dedos si los mete a un ventilador.